Con bolsillos flacos, los vecinos dejaron de  pagarle 450 millones de pesos a la Municipalidad

Lo que más explica la caída es la morosidad en Tasas de Servicios (propiedad y agua). Pese a la recesión, los ingresos por Comercio y la coparticipación se mantuvieron.  Sin moratoria, el intendente Zárate activa la procuración fiscal y pisa el freno en obras públicas.

Más Noticias15 de octubre de 2024 Rubén Curto
Caja Municipalidad de JM
Caja Municipalidad de JM

Jesús María. Con algunas variables financieras pasando un veranito -dólar, inflación, riesgo país-, pero con la economía real -salarios, empleo, producción, consumo- por el piso, en un tobogán de recesión que no encuentra su fin y que ya es más grave que la pandemia misma, en la calle se hizo carne el “no hay plata”. Se ve en todos lados. También lo registra, ahora, la Caja de la Municipalidad.

Durante los primeros siete meses de este año, los ingresos tributarios del municipio crecieron bastante por debajo de la inflación registrada en ese mismo período, que fue el 263 por ciento. Entre enero y agosto de 2023, la Muni recaudó 990,5 millones de pesos y en 2024, 3.171 millones de pesos. 

Como es evidente, el aumento nominal fue importante, pero llegó al 220 por ciento, o sea unos 43 puntos debajo de la inflación real. Lo ponemos en números: si se hubiera mantenido el nivel de cumplimiento de los contribuyentes, debieron ingresar a las Cajas casi 3.600 millones de pesos. 

Ese “faltante” de recaudación es lo que determina que el municipio cuente hoy con 425 millones de pesos menos de los que debería y esperaba tener. 

¿Qué implica esa cantidad de plata que no está? Dos referencias para comparar: equivale a buena parte del pago de los salarios municipales de un mes, que demandan unos 580 millones de pesos. También se lo puede dimensionar comparando con los 700 millones de pesos que la semana pasada prometió aportar el gobernador Martín Llaryora para hacer una nueva planta de agua en la ciudad, porque la Municipalidad no cuenta con recursos para iniciar esa obra.

Desde el municipio admiten que se incrementó la morosidad. Según los registros oficiales, el año pasado rondaba el 30 por ciento y este año es del 33 por ciento, aproximadamente.

“La verdad que esperábamos un cimbronazo mayor; muchos contribuyentes se olvidan de pagar y otros no pueden hacerlo; cuando detectamos capacidad contributiva, los llamamos personalmente para gestionar el pago, y si no, van a procuración fiscal”, señalo la secretaria de Hacienda y Finanzas, Carina Visintini.

La mora activó la gestión de cobranza, que se realiza con personal propio -no tercerizado- y mediante el pago de horas extras por esa tarea de seguimiento al contribuyente.

“La situación no es grave, pero nos obliga a controlar los gastos, hacer obras a otro ritmo y activar el recupero; hay que tener en cuenta que los servicios que presta la Municipalidad aumentan a una velocidad mucho mayor que el de la cobranza; de todos modos, no habrá ninguna moratoria; nos parece un régimen injusto para el cumplidor”, amplió la funcionaria.

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Que espere la Muni.

La baja en la recaudación vino con sorpresa, no tanto por la caída en sí misma -muy esperable-, sino por los ítems en que se dio. Con el consumo y la actividad económica planchados, todos suponían que el mayor impacto se iba a sentir en la coparticipación y en la Tasa Comercial. Sin embargo, esos dos rubros, en líneas generales, se mantuvieron: ambos estuvieron, en promedio, unos 10 puntos por encima de la inflación.

Este dato ratifica la fortaleza del sistema comercial y productivo local, ya que aún en un momento de recesión profunda, los ingresos por esas dos vías de mantuvieron.

Los 450 millones de pesos menos que ingresaron a la Municipalidad se explican, básicamente, porque los bolsillos exhaustos de los vecinos postergaron el pago de las tasas a la propiedad, agua y automotores. Se sabe: cuando aprieta el cinturón, lo primero que dejan de pagar los vecinos son las tasas municipales, donde el “apriete” fiscal es mucho menor que, por ejemplo, a nivel provincial con Rentas.

Tasa a la Propiedad recaudó de enero a agosto casi 570 millones de pesos, que nominalmente son mucho más que los 207 millones que habían ingresado el año pasado, pero que a la vez están bastante por debajo de los 753 millones que se esperaban. Esa tasa creció 174 por ciento, contra una inflación de 263 por ciento: o sea, 89 puntos menos. Ahí nomás, fueron 184 millones de pesos menos para la Municipalidad.

En automotores y agua, la recaudación fue de 54 y 69 puntos, respectivamente, por debajo de la inflación, lo que privó al municipio de otros 180 millones de pesos.

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Las deudas ¿llegaron para quedarse?

Estos números, absolutamente previsibles y explicables en el marco del durísimo ajuste económico que lleva adelante el Gobierno nacional, plantean también nuevos interrogantes hacia adelante. 

Hace ya un par de Ejercicios que la Municipalidad de Jesús María empezó a actualizar sus tasas al ritmo de la inflación medida. Antes, se calculaba un incremento único para todo el año, en base a las proyecciones de inflación, que muchas veces -es cierto- se quedaban cortas.

Ya en la gestión de Luis Picat se cambió el criterio y se optó por sobre aumentar los impuestos por partida doble: primero en el presupuesto y luego con una cláusula gatillo o de ajuste automático, según la inflación de cada mes. Tener la vaca recontra atada, dirían algunos.

En 2023, el anterior intendente aumentó las tasas municipales un 206 por ciento, más de 80 puntos por encima de la inflación, como lo explicamos en su momento en esta nota: http://surl.li/okcmwm. Y en 2024, se aplicó el mismo sistema: vía presupuesto las tasas subieron un 170 por ciento y luego lo hacen cada mes acompañando la inflación que mide el Indec.

Las preguntas que surgen, naturalmente, son varias: el aumento en la morosidad y la caída en los ingresos ¿se debe exclusivamente a la coyuntura de crisis económica general? ¿o acaso por los mencionados ajustes dobles, las tasas locales ya se estacionaron en niveles que resultan cada vez más impagables para una amplia y creciente franja de vecinos, cuyos ingresos fueron pulverizados y no tuvieron recomposición? ¿No se fue a la banquina el municipio con el nivel de aumentos? Y por el lado de los gastos superfluos, ¿cómo andamos? ¿Ahí no se aplica motosierra?

15-10-2024

 

 

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