El Ballet Martín Fierro levantó la vara de la danza en Jesús María

Con fuerte impronta tradicionalista, rigor y excelencia en la técnica, los 33 bailarines que la integran hacen que sea sinónimo de calidad.

Ocio - FESTIVAL 12 de enero de 2023 Natalia Balverdi
Ballet Martín Fierro

Jesús María. El Ballet Martín Fierro, un clásico en las noches del Festival Nacional de Doma y Folklore, ha logrado dar muestras de excelencia, levantando el nivel de la propuesta en danza en los festivales más grandes del país, destacándose en Jesús María y siendo del convite de otros grandes escenarios a nivel nacional. 

En el caso de Jesús María, siempre descollan los cuadros en homenaje a grandes artistas, como Mercedes Sosa, el Chango Nieto, Carlos Franco, Raúl Barbosa y Santiago Ayala “El Chúcaro”, por mencionar algunos.

También “teloneando” sus presentaciones con las pinturas del artista plástico Esteban Díaz Mathé. 

Sus directores aseguran que, si bien se trabajan todo el año, para la temporada festivalera disponen de un  cuerpo estable de ocho parejas, aunque suelen ser más de 30 quienes participan en los festivales de mayor envergadura. 

Nacidos en Sauce de Luna, Entre Ríos y radicados en Colonia Caroya hace más de 17 años, Adelina Donda y Carlos Sampallo dirigen el ballet. Ellos mismos comenzaron como bailarines del ballet estable de Jesús María -en su momento a cargo de Marta Paletti-, hasta el cincuentenario de la Fiesta Gaucha y hace ya siete años que están al frente de la puesta en escena en las aperturas festivaleras de enero. 

“Cuando Marta se retira, nos deja a cargo y tomamos la decisión de conformarlo – al ballet - y buscar nombre; y elegimos el nombre del escenario; en aquel momento hicimos una convocatoria y se fueron sumando bailarines y ya han pasado cientos” cuenta Sampallo, quien es el coordinador general de la puesta en escena: idea, musicalización y logística. 

Por su parte, la profesora de danzas folklóricas Adelina Donda, gracias a su formación en el Instituto de Arte Folklórico y sus trayectos en curso en técnica de danzas contemporáneas en la Universidad Nacional de Córdoba y Licenciatura en composición coreográfica, es la responsable de los ensayos, con un riguroso aporte en técnica e idiosincrasia tradicionalista. 

“Nosotros seguimos estudiando y buscando técnica, perfeccionándonos dentro del folklore pero las técnicas clásicas y contemporáneas son necesarias para un ballet; los bailarines que nos acompañan son personas que bailaron desde niñas, otras surgieron de nuestra escuela, ‘La Fortinera’; cuando ya alcanzan conocimientos en folklore, se les incorpora a composición coreográfica, brindándoles ciertas técnicas de saltos, posturas, manos, cuerpo”, describe Adelina. 

 

El desafío.

Donda asegura que el Norte es “elevar el nivel para ballet” y eso implica federalizar los escenarios que pisan, dándole lugar a danzas menos reconocidas. 

“Hay danzas tradicionales como las litoraleñas (chamamé, chamarritas, polcas), que son danzas regionales del Noroeste y Este; del Sur, loncomeos, danzas araucanas; del Norte, wayna, marinera o peruana, que de ahí vienen nuestras zambas; el desafío nuestro es recopilar esas danzas y poder llevarlas a las composiciones coreográficas”.

Ambos aseguran que el objetivo es tratar de transmitir un mensaje federal desde la danza, que tenga un sentido histórico y un componente tradicionalista: “Queremos reivindicar la raíz folklórica. Si bien se fue modificando, está más contemporánea la danza, nuestras composiciones tienen un vestuario, coreografía y música, la esencia tradicional”, dice la directora del ballet. 

 

La deuda

“La danza no tiene todavía el valor que debería tener como cualquiera de las otras artes, pero vamos por mejor camino; mejorar es el desafío y hay que empezar el cambio; si nosotros, que hacemos danzas, no nos movemos en intentar un cambio, no va a pasar; tengo la esperanza de que en los próximos años la danza sea valorada como cualquier otro trabajo”.

Adelina Donda.

12-01-2023

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