Los centros de equinoterapia luchan por una ley nacional

La actividad no está regulada a nivel nacional y pocas obras sociales y prepagas la cubren. Solo ocho provincias tienen legislación.

Sociedad 10 de octubre de 2022 Ariel Roggio Ariel Roggio
Equinoterapia

Sinsacate. Miles de niños y adultos con discapacidades hacen equinoterapia en el país. 

Sin embargo, la actividad no está regulada a nivel nacional y pocas obras sociales y prepagas la cubren.

Estos centros están buscando, desde hace tiempo, que se apruebe una ley nacional para cambiar esta situación y que los tratamientos puedan seguir con su ritmo habitual para beneficio de quienes más los necesitan.

La equinoterapia se basa, principalmente, en tres principios terapéuticos: la transmisión del calor corporal del caballo, los impulsos rítmicos y la cadencia de paso, equivalentes a los de la marcha humana. 

A través de distintas actividades sobre el caballo, los pacientes mejoran su postura, equilibrio y habilidades motrices. 

Además de los beneficios físicos, expertos en el tema también notan importantes beneficios psicológicos y emocionales.

Aunque no haya números oficiales, se estima que miles de niños y adultos con discapacidad alrededor del país usan la equinoterapia para complementar otras terapias tradicionales.

Sin embargo, solo en ocho provincias -Salta, Tucumán, Mendoza, Chaco, La Pampa, Chubut, Río Negro  Santa Fe y Misiones- es una actividad regulada y cubierta por las obras sociales provinciales.

En el resto del país, a falta de una ley que reconozca la equinoterapia como un tratamiento válido y la incorpore en el Programa Médico Obligatorio, las obras sociales no están obligadas a cubrir estas terapias.

Actualmente, hay tres proyectos de ley nacionales que esperan ser tratados en el Congreso.

Además de instituir esta terapia como un método terapéutico y complementario de terapias tradicionales, estos proyectos buscan reglamentar y la actividad.

“Hay centros que trabajan muy bien, con la infraestructura y el equipo adecuado, pero hay otros que no y no es por falta de interés, sino por desconocimiento; necesitamos que haya un ente regulador a nivel nacional que asegure que la actividad sea ejercida de manera correcta”, contó Valeria Porte, profesora de música y de equinoterapia en “Andares”, el centro que funciona en el predio de NAG.

Y agregó: “Se debe regular por la cuestión de la seguridad y lo que implica trabajar con caballos porque tiene sus riesgos y hay que asegurar que sean animales mansos; las clases son lúdicas y recreativas, pero con un caballo que no está acostumbrado se pueden ocasionar muchos problemas”. 

El otro punto clave en este tema es la accesibilidad desde el punto de vista económico. 

“El costo es alto porque hay que asegurar el mantenimiento del predio, de los caballos y del personal, que necesita un sueldo fijo porque es importante que la misma persona pueda sostener el tratamiento; más del 60 por ciento de los chicos que asisten a Andares está becado por la empresa NAG o por sistema de padrinazgos andariegos, por parte de empresas que aportan; si no fuese por eso, sus padres no podrían  pagar el tratamiento; pero muchas veces esas ayudas no son suficientes y por eso luchamos por la ley”, completó.

10-10-2022

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