Jesús María: campo de batalla de Menéndez.

En 1979, Luciano Benjamín Menéndez se levantó en armas contra el Comandante en Jefe del Ejército y concentró las fuerzas que le eran leales en esta ciudad, para marchar hacia Córdoba.

SOCIEDAD27 de febrero de 2018
Tropas en JM Menéndez

Jesús María. Del 28 de septiembre al 9 de octubre de 1979, esta ciudad fue el campo de batalla elegido por el entonces Jefe del III Cuerpo del Ejército, Gral. Luciano Benjamín Menéndez, para debilitar a Jorge Rafael Videla apuntado contra el entonces jefe del Ejército, Gral. Roberto Viola.

Los argumentos más fuertes, dados a conocer a la prensa en el Liceo Militar General Paz, eran dos: Menéndez acusaba a Viola de “blando” para “erradicar definitivamente a la subversión”.

Lo cierto es que, según cuenta La Voz del Departamento Colón del 19 de octubre de 1979, “nuestra apacible Jesús María y su zona adyacente, se transformó en pocas horas en un campo de concentración de miles de efectivos militares listos para el enfrentamiento, con pertrechos y elementos de combate”.

El libro “Cachorro, vida y muertes de Luciano Benjamín Menéndez”, de Camilo Ratti, relata en detalle los hechos. Dice: “La arquitectura que Viola había armado cuando lo nombraron comandante en Jefe, había dejado a todos los “troperos” fuera de carrera. El único que quedaba al frente de un cuerpo de ejército, además de Galtieri, era Menéndez. Quien, a esa altura de sus vida sentía que el puesto le quedaba chico. Enceguecido por su vanidad, traicionado por el orgullo, se lanzó al ataque.

En la madrugada del 28 de septiembre, las tropas fieles al general Menéndez se acantonaron en la Escuela de Suboficiales de Gendarmería de Jesús María. Mientras sus soldados se desplazaban hacia esta ciudad del norte cordobés, el líder de la sublevación exigía la renuncia de Viola en un radiograma enviado al comando en Jefe en Buenos Aires, que se repetía con insistencia por los micrófonos de LV2, una aliada incondicional del caudillo cordobés.

La fecha no era antojadiza. Tenía un efecto simbólico y emocional muy profundo para el jefe de la “patriada”. Ese mismo día, pero de 1951, el general retirado Benjamín Menéndez (N.R.: tío abuelo de Luciano) se había levantado contra el presidente Perón.

(…) En la madrugada del viernes 28, Menéndez anunció a los periodistas que regresaba a Jesús María para terminar de concentrar las tropas fieles a su mando. Una vez que estuvieran reunidas marcharía hacia Córdoba para pedir desde la cabecera de su jurisdicción la renuncia de Viola”.

El 29 de septiembre, 120 vehículos blindados emprendieron su marcha a Jesús María y rodean la Escuela de Suboficiales de Gendarmería. A primera hora, dos generales enviados por Viola negociaron, sin éxito, con Menéndez.

Por la tarde, éste recibió a su amigo, el Gral. Carlos Bernardo Chasseing. Tras ella, aceptó una reunión a solas con Viola en el edificio Libertador, en Buenos Aires, y deponer las armas.

La principal fuerza fue el Regimiento 19 de Tucumán, que se apostó en el Paseo del Huerto a la espera de la orden de ataque.

Por su parte, las fuerzas aliadas a la sublevación permanecían en “el Parque Pedro de Oñate, detrás del Anfiteatro de Doma”. 

Cuenta La Voz del Departamento Colón que la más “angustiosa incertidumbre” se vivió al mediodía del domingo 30 de septiembre, cuando aún se desconocía el resultado del encuentro entre Viola y Menéndez.

Terminada “la cumbre”, la ciudad retomó la calma.

27-02-2018

Te puede interesar