Después de 50 años, hacen funcionar parte de los canales de riego de cemento.

La historia de las acequias de hormigón que los regantes caroyenses nunca usaron, pese a la enorme inversión realizada, está ligada al dique de afloramiento que intentaron hacer en Bº Los Nogales.

Economía - Agro 22 de julio de 2021 Ariel Roggio Ariel Roggio

Colonia Caroya. En 2019 se cumplieron 50 años de una obra inigualable para la zona rural de Colonia Caroya que nunca se pudo aprovechar… hasta ahora.

Los canales de cemento, postales abandonadas de los lotes, pretendían garantizar un caudal mayor de agua para riego con un tercer sistema, diferente al Huergo y San Carlos, los dos que hoy permiten distribuir el agua en las chacras.

Para entender por qué se hicieron casi 30 kilómetros de acequias revestidas de hormigón en 1969, primero hay que descubrir una obra subterránea que tampoco dio resultado: el dique de afloramiento.

Hace 52 años, Hidráulica de Córdoba decidió hacer una obra majestuosa para extraer más agua de las napas del río Guanusacate a la altura de Bº La Costanera.

¿De qué se trataba? De un paredón para retener el caudal, pero en lugar de hacerlo sobre la superficie, lo hicieron debajo del suelo.

La idea era captar y aflorar tanta cantidad de agua que alcanzaría para cubrir las necesidades de Colonia Vicente Agüero, San Javier y La Florida -los socios originales del primer canal histórico- y a toda Colonia Caroya a través del sistema de acequias de cemento que la Provincia hizo al mismo tiempo que construía el dique.

Tomando como punto de partida el paredón subterráneo, el canal pasa por Bº Tiro Federal y por la calle Rioja, de Jesús María; cruza la Ruta Nacional 9 y llega a un derivador en Av. Malvinas Argentinas, donde la Municipalidad carga agua en los camiones regadores.

En Colonia Caroya, la idea era que el agua fuera por la Calle 6 Norte, siguiera por la misma al Sur de la Av. San Martín -en el cruce con Calle 48 hay una bujía de inspección- e inyecte el agua en los canales de hormigón y, posteriormente, en toda la zona rural.

La obra pudo haber cambiado la historia de la región en materia productiva, pero todo fue desilusión.

 

Falló el dique. 

Al construir el dique, se tenía que garantizar el agua para Colonia Vicente Agüero y las estancias socias. El excedente iría para Colonia Caroya. Los ingenieros creyeron que el volumen de agua que afloraría sería suficiente para un territorio mucho mayor que el previsto.

Pero el cemento colocado debajo del río -excavaron en el lecho hasta una profundidad de 63 metros - no cumplió los objetivos y siguió saliendo la misma cantidad de agua que ya tenía “dueño”.

Sin agua, los canales de cemento de Colonia Caroya no pudieron funcionar. En consecuencia, los colonos tampoco quisieron pagar la obra.

Después de cinco décadas, la nueva galería filtrante del canal San Carlos inyectó más agua al sistema de acequias de la zona rural y las autoridades municipales empezaron a planificar el uso de las acequias abandonadas, que van por las calles 152, 52, 68 y 84.

En los últimos días, aún con correcciones por hacer para evitar desbordes, los históricos, polémicos y descuidados canales de cemento comenzaron a transportar agua en la zona rural caroyense.

22-07-2021

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