La Rural de Jesús María sostiene la sanidad animal en 2.600 rodeos.

Como ente regulador, tiene más de 20 personas vacunando contra la fiebre aftosa y la brucelosis. Cubren 2,5 millones de hectáreas del Norte cordobés, donde el 70 por ciento son pequeños productores.

Economía - Agro 08 de julio de 2021

Jesús María. Hace más de 30 años que la Sociedad Rural de Jesús María vacuna al rodeo bovino del Norte de Córdoba, en los departamentos Colón, Totoral, Sobremonte, Río Seco y parte de Tulumba, un territorio cercano a las 2,5 millones de hectáreas. 

En el marco del Plan Nacional contra la Fiebre Aftosa, tiene a su cargo la vacunación de, aproximadamente, 600 mil cabezas de ganado por año.

El Plan de Vacunación es considerado “solidario”, puesto que abarca a medianos y pequeños productores: de los 2.600 criadores que asiste, el 70 por ciento tiene menos de 100 cabezas y más de la mitad, menos de 50.

En 1990-1991, la entidad comenzó con los planes piloto. El Plan Totoral Norte fue uno de los primeros en el país, entre los cinco que había entonces. A partir de ese plan cambió la estrategia de prevención de la fiebre aftosa, con una nueva vacuna y visita a los establecimientos. 

En otoño-invierno se aplica el esquema completo -de brucelosis y aftosa- en todo el rodeo, atendiendo las terneras que los productores dejan para madres; y en octubre se aplica sólo la vacuna antiaftosa a menores. 

El Médico Veterinario Héctor Farina es el Gerente Ganadero y Coordinador del Plan de Vacunación de La Rural. Con él trabajan más de 20 vacunadores. 

Cada uno tiene a cargo una zona. “Me ha tocado hacer 60 Km por un solo animal”, cuenta la Médica Veterinaria Marcela Arrascaeta. “Uno tiene contacto directo con el productor desde el momento en que lo llama y hace de nexo entre la parte sanitaria nacional, que es el SENASA, y el ente regulador, que es la Sociedad Rural de Jesús María”, explica.

Javier Osvaldo Suárez es vacunador desde hace tres años. A veces tiene que ir a caballo una hora y media para llegar al lugar donde debe vacunar. 

Además, en algunos campos no tienen buenas instalaciones y aumentan las dificultades.

En muchos casos, también bañan los rodeos para prevenir la garrapata.

Marcela Arrascaeta habla de la importancia de este trabajo: “Si no tenés un animal sano, no te va a producir bien; la aftosa y la brucelosis son enfermedades que producen un aumento de morbilidad; en el caso de la aftosa, por las llagas que le aparecen al animal, lo que provoca disminución del consumo, animales flacos, que no pueden caminar, que tampoco producirán buena carne. Y en un animal con brucelosis aumenta el número de abortos. Además, esta enfermedad es zoonótica, es decir, que el animal se la transmite al hombre”.

“Más allá de la campaña, y de que a los productores no les afecte en la ganancia, esta es una cuestión de salud pública”, concluye.

La fiebre aftosa fue controlada gracias a la vacunación. Económicamente, fue un salto de calidad importante, ya que los mercados internacionales se cierran para los países con esta enfermedad. 

“Que seamos un país libre de aftosa tenemos que defenderlo a capa y espada”, opina Juan Fernández, del Establecimiento Las Minas, de Rodeo Verde S.A., un campo de cría ubicado en las Sierras Chicas.

Farina sostiene que “el éxito del plan se debe a la calidad de la vacuna que se está aplicando, al control de la cadena de frío, la aplicación y el compromiso de los productores”

“Es la interacción del productor, que se hizo cargo de un problema que tiene para solucionarlo a través de una organización”, sentencia.

08-07-2021

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