La Caroyense: madre del Cooperativismo en nuestra región.

Colonia Caroya | Jesús María. La crisis mundial de 1929 impactó en todos los campos de la producción, la comercialización y el empleo, tanto rural como urbano.

Los países agroexportadores periféricos, como Argentina, sintieron sus efectos de inmediato.

Fue en ese contexto que, por iniciativa de la Federación Agraria Argentina (FAA), nació en Colonia Caroya una cooperativa que fue el centro de la vida económica y social de la ciudad durante 70 años.

El 18 de noviembre de 1930 se realizó la Asamblea Constitutiva que dio origen a La Caroyense Cooperativa Vini-Frutícola Agrícola Federal Limitada de Colonia Caroya.

Tenía 49 socios y su finalidad era eliminar la intermediación en la industrialización y la comercialización de la vid, producción primaria más importante de la ciudad.

Desde “La Bodega”, como se la llamaba en toda la región, surgieron soluciones para la provisión de insumos, la creación de instituciones sociales y la difusión cultural.

Para ser socio había pocos requisitos. Básicamente, ser productores viñadores “que no tengan intereses contrarios a la Cooperativa y que acepten los Estatutos, los reglamentos internos y los principios cooperativistas que la inspiran”.

Sin embargo, los beneficios que sumó el asociativismo no fueron sólo para socios, sino para toda la comunidad.

 

Motor comunitario.

Desde la Caroyense se impulsó la fundación del Club Juventud Agraria Colón, en 1931. La nueva institución no sólo era deportiva y social, sino que pronto sumó la biblioteca y el cine.

Un detalle no menor es que fue el único club de la zona cuya primera comisión directiva estaba presidida por una mujer y había un solo cargo ocupado por un hombre.

La Caroyense también dio nacimiento al periódico bimestral El Cooperativista, que informó a los habitantes de la Colonia entre 1946 y 1985 y fue una herramienta de instrucción cooperativa.

 

Usina de cooperativas.

El espíritu cooperativista plasmado en su fundación y puesta en marcha se propagó a otras cooperativas.

Así nacieron, años más tarde:

- La Cooperativa de Electricidad de Colonia Caroya, creada en 1947, la única que sobrevivió y creció hasta nuestros días.

- La Cooperativa de Tamberos Limitada de Jesús María, fundada en 1950.

- La Caja de Créditos de Colonia Caroya Cooperativa Limitada, que se inició a comienzos de los años ‘60.

- La Cooperativa de Medicina Integral y Servicios Sociales de Colonia Caroya Limitada, constituida en 1964.

- La Norcordobesa Cooperativa Agro Industrial Limitada, formada en 1965.

La Asamblea Constitutiva de la Cooperativa de Electricidad de Colonia Caroya, que dio origen a la actual Cooperativa de Servicios Públicos de Colonia Caroya y Jesús María Ltda, se hizo el 15 de mayo de 1947.

Ese día se registraron los primeros 128 socios, aprobaron el Estatuto y eligieron la Comisión Provisoria. El 28 de julio, el Gobierno de Córdoba acordó su personería jurídica.

Hoy supera los 23 mil asociados y es una de las más importantes de la provincia de Córdoba.

 

El cooperativismo en las escuelas.

Los principios cooperativos se sustentan en los valores de: Solidaridad, Justicia, Equidad, Libertad, Respeto, Transparencia y Honestidad.

Hoy existen Cooperativas Escolares, definidas como alternativas socio-pedagócicas que suponen una asociación autónoma organizada dentro del ámbito escolar con proyección comunitaria, integrada voluntariamente por estudiantes que actúan con orientación y asesoramiento de docentes, para satisfacer sus necesidades y aspiraciones formativas, sociales, culturales y económicas en común, mediante un emprendimiento de acción colectiva y de gestión democrática.

En nuestra zona hay varias. Las pioneras fueron:

- La Cooperativa Escolar Manos Laboriosas Ltda, del C.E. Cap. de Frag. Pedro E. Giachino.

- La Cooperativa Escolar IPEM N° 361 Sierras y Parque Ltda, del IPEM N° 361 Sierras y Parque.

- La Cooperativa Escolar Estrada Unida Ltda, del C.E. Dr. José Manuel Estrada.

- La Cooperativa Escolar Valores y Trabajo Ltda, del C.E. Gral. Manuel Belgrano, de Colonia Caroya.

Tiempo después constituyeron sus Cooperativas Escolares el C.E. Mariano Moreno de Tronco Pozo y el IPEM 349 Giovanni Bosco, ambas de Colonia Caroya.

 

Trabajar en cooperativas.

Las cooperativas de trabajo, o cooperativas de producción, existen en las economías occidentales desde los orígenes del sistema fabril.

A partir del año 2000 y hasta el presente, se pueden diferenciar dos escenarios: el de la crisis que siguió a la convertibilidad, en el que se inscribe el fenómeno de las empresas recuperadas, y el de comienzos de 2003, en que se implementan programas sociales que contemplan al cooperativismo de trabajo como herramienta eficaz para favorecer la creación de empleo y estimular la participación colectiva.

Los casos de empresas que se mantuvieron en funcionamiento gracias a la organización de sus trabajadores muestran un abanico muy amplio, en el que hay modelos exitosos, otros que enfrentaron muchas dificultades en su camino y lograron sobrevivir y fracasos estrepitosos.

También hay que señalar que en el universo de las cooperativas de trabajo se inscriben organizaciones creadas para precarizar el trabajo, evadir costos sociales e impuestos y utilizar el esfuerzo del trabajador como variable de ajuste económico.

Este tipo de cooperativas da lugar, frecuentemente, a actos y negocios simulados o a conductas fraudulentas y ha tenido trascendencia a partir de varios casos en que la jurisprudencia se expidió priorizando la relación asociativa entre los asociados y la cooperativa.

Lamentablemente, bajo este modelo, ha sido el propio Estado el explotador y aún persisten en las municipalidades de nuestra zona, por ejemplo, trabajadores precarizados que ganan menos de 10 mil pesos mensuales y no tienen cobertura social.

A pesar de esta “mancha”, el asociativismo sigue siendo una herramienta eficaz para enfrentar el desempleo.

03-07-2020