Daguerrotipos.

NOTA XVI. Fragmentos del libro homónimo, editado en septiembre de 2005 por la Municipalidad de Jesús María y el Ministerio de Gobierno, Coordinación y Políticas Regionales, incluido en el programa "Edición de Historias Populares Cordobesas". Un aporte para conocer más de nuestro pasado y entender el presente.

Historias 22 de mayo de 2020
Plaza Pío León

“El daguerrotipo fue el primer proceso de fotografía práctica, inventado por el francés Louis Daguerre en 1839. Se trataba de una imagen positiva única (sin negativo), registrada sobre una placa de cobre pulida y plateada, que se emulsionaba con vapores de iodo y se revelaba con mercurio. El daguerrotipo tenía los laterales invertidos, como si nos miráramos en un espejo”.

La vida pueblerina.                                                

"... las memorias ayudan, y mucho, a trazar un retablo más aproximado de un ambiente o una época determinada."                                                                                  Lluis Permanyer - Periodista Español.

La recordación de un pueblo es un claro retablo para detenerse y sentir . Porque:

... uno se cree que las mató el tiempo y la ausencia ...  Pero... son aquellas, pequeñas cosas, que nos dejó un tiempo de rosas, en un rincón, en un papel o en un cajón..." 

"Vivíamos en el chalet de Monsegur, y el Dr. Monsegur vivía en esa casa que han tirado abajo, cerca del Huerto".

La casa. Que un repentino día ya no estuvo, ni su color oxidado o los restos del antiguo jardín. Allí, donde cuenta Elena. Tan cerca del Huerto y tan lejos de la protección de la memoria!

"Entonces... yo no, porque era muy chiquita, de meses... Nací allá. El Dr. Miguel  Juárez atendió el parto de mi madre, allá en el chalet.  Por-que los alumbramientos de aquellas épocas eran en la casa. Todas las mujeres tenían así sus hijos. Atendidas, ayudadas por profesionales, médicos o parteras... cuando podían".

"Yo también nací de esa forma, en la casa, que por entonces era conocida como el chalet. Claro, cuando me dieron el documento donde indica: Lugar de nacimiento dice: " El Chalet".

Sonríe esta mujer entre sus recuerdos y es fácil entrever la perdida silueta del chalet. Todavía, al cruzar por su vereda alguna dama de noche palpita un aroma de ayer y un caballo, de dueño ignoto, pasta en lo que fue el parque.

Y al Pibe Mugni, también se le agolpan los recuerdos:

"Nací en 1928, en Villa Coquito. Villa Coquito estaba  a media cuadra de la parte noroeste del hospital, a media cuadra para el norte. Ahí nací yo" - dice el Pibe como si mostrara el lugar, como si en Villa Coquito  todavía se escucharan sus vagidos.

"Y cuando nací, nací ahí justamente porque en ese tiempo... en ese tiempo, no había que ir a los hospitales o a la maternidad. Venía la ma-dama, así se le llamaba. Venía a casa a atender el parto."

Las mujeres parían en la casa pero profesionales médicos no faltaban. Los nombres surgen en medio del respeto que por ellos se sentía, por el amparo que representaban.

El Dr. Miguel Juárez, el doctor Benjamín Castellanos y el Dr. Héctor Moreno Aguirre.  La trayectoria de estos galenos es vista desde lo afectivo. El médico contenía, amén de curar. Participaba de las historias familiares y conocía todos los entuertos,  no sólo los del postparto... 

 

Los doctores…

Honra a Daguerrotipos hacer una brevísima mención a la labor de estas personas, aún sabiendo que todos los profesionales de la salud que se nombran, son merecedores de una exhaustiva información que se desarrollará en próximos trabajos. 

El primer médico de la Villa fue Delfín Díaz, que murió en 1911.: Dos años antes había llegado a Jesús María el Dr. Miguel Juárez, recién recibido y, fue el único médico hasta la radicación del Dr. Benjamín Castellanos en1919.

Castellanos tenía 27 años, había empezado sus estudios en la Universidad Nacional de Córdoba pero los terminó en Buenos Aires. Ya recibido se especializó en Francia en el Hospital de La Piedad  de París.

Al llegar a Jesús María alquiló dos habitaciones para poner su consultorio frente a la plaza San Martín, allí muchas veces tuvo que albergar a sus enfermos graves, porque el estado de los caminos y la falta de medios hacían imposible su traslado  a Córdoba.

Sus vivencias lo impulsaron a pedir ayuda  a Don Vicente Agüero de quien era médico de cabecera. La respuesta del buen hombre fue inmediata,  le dio un dinero para un pequeño dispensario, y se abocó a la construcción  del Hospital  que donó a la comunidad y que se terminó en 1927, con dos salas de Clínica Médica y 24 camas.

Benjamín Castellanos fue su director hasta 1944 sin cobrar un centavo, porque donaba su sueldo para el funcionamiento del nosocomio.

Las ingratitudes de la vida se ensañaron con este abnegado médico: cuando se retiró, después de 50 años de ejercer la medicina, como no cobraba sueldo no pudo retirarse como "Director Hospitalario". 

En 1929 Agüero sumó el servicio de Maternidad y Ginecología y Miguel Juárez quedó como responsable de esas dos nuevas salas con diez camas cada una.

Juárez tuvo además una destacada actuación política. Fue Senador por Colón y Totoral representando al Partido Demócrata y como independiente. Increíblemente, la única vez que se presentó como candidato a intendente, año 1928, no ganó… ¿Contradicciones de la sociedad argentina…?

Ese año llegó el tercer médico a la Villa, el Dr. Moreno Aguirre. Su prestigio como médico y ciudadano está presente. Fue activo dirigente radical, presidente de varias instituciones y Director del Hospital.

La veneración por los representantes de la medicina era profunda. También es real que los profesionales de esos tiempos trabajaban desde lo humanístico, con una vocación de servicio y una entrega  que los ha ingresado en la memoria del afecto. "El Doctor" era la ayuda, la consulta, la serenidad. Todos los médicos son recordados como amigos.

Los sacamuelas ya habían entrado a la leyenda y en el pueblo se iba "al dentista". Verdaderos profesionales de la odontología, titulados y doctos. Eran los doctores Moreno Nievas y Correas. Los consultorios de estos especialistas contaban con toda la moderna tecnología… incluido el famoso torno que a muchos asustaba con su ruido.

Matilde Sala fue "la partera". Esta excelente obstetra y cálido ser vivía en la casona familiar de la calle Córdoba y a la vera construyó luego, lo que hoy sería una maternidad privada. Generaciones de jesusmarienses vieron la luz ayudados por ella, en sus propias casas, en la calle Córdoba o en el Hospital, donde también atendió y su trabajo mereció el respeto en lo profesional y lo humano. Muchas niñas recibieron el nombre de pila "Matilde" como homenaje a esta hermosa persona.

El mundo de las ciencias médicas estaba en la villa que iba creciendo. Estaban  para servir, curar y... ayudar. 

En los baldíos rondaba la libertad del juego, sin peligros, sólo los riesgos de una caída o un golpe... que se curaban en casa...

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