Daguerrotipos.

NOTA VI. Fragmentos del libro homónimo, editado en septiembre de 2005 por la Municipalidad de Jesús María y el Ministerio de Gobierno, Coordinación y Políticas Regionales, incluido en el programa "Edición de Historias Populares Cordobesas". Un aporte para conocer más de nuestro pasado y entender el presente.

Historias 11 de mayo de 2020
Demolición del Hotel del Plata

“El daguerrotipo fue el primer proceso de fotografía práctica, inventado por el francés Louis Daguerre en 1839. Se trataba de una imagen positiva única (sin negativo), registrada sobre una placa de cobre pulida y plateada, que se emulsionaba con vapores de iodo y se revelaba con mercurio. El daguerrotipo tenía los laterales invertidos, como si nos miráramos en un espejo”.

Hoteles para tomar aire.

Anchas calles de tierra, frondosas arboledas, agua cristalina, el horizonte marcado por las sierras azuladas.

Aire puro. Aire sanador.

Algún diario de Córdoba publicó sobre la Villa: "Como se sabe, un lugar que está muy en boga es Jesús María".

Es que, en sus inicios, esta ciudad fue un apreciado lugar de veraneo y con muchos hoteles. 

Don Chicho Artico se crió entre ellos, frente a la Plaza San Martín. "Jesús María contaba con una hotelería que hoy podríamos decir que era de cinco estrellas". Los argumentos de tal afirmación no se hacen esperar: "Tenían comedor amplio, muy amplio; muy buena cocina; muy buena atención".

En la calle San Martín, próximo al edificio de la Municipalidad, estaba el hotel Peiretti. "Era de dos plantas, con balcones a la Plaza".

La imaginación emprende una caminata por la vereda Este de la calle San Martín. Siguiendo hacia el Norte, en la esquina con Libertad (hoy, John Kennedy), había otro hotel que era de Enrique Reggini.

Años después lo compró Emilio Asís y lo bautizó Smart. En él actuaron las orquestas más importantes de la época y había espectáculos deportivos. "Hacían Campeonatos de Esgrima", rememora Don Bravo llenándose de satisfacción diferida: "¡Cómo me gustaba ir a ver!".

A mitad de la cuadra siguiente, pasando el Banco de Córdoba, estaba el Hotel Babin. Chicho aclara entre risas que "Doña Luisa, la dueña, decía: Yo no soy Babin, soy Baben, porque era francesa".

Seguimos caminando. Al llegar a la esquina, doblando a la izquierda, se llegaba al Hotel Plaza. (Al contar de las historias allá por 1879 Sarmiento visitó en Jesús María a Dalmacio Vélez Sarsfield quien tenía una hija enferma. Vélez Sarsfield tenía su domicilio en Julio A. Roca y Cástulo Peña y Sarmiento se alojaba en la casa de pensión de Doña María de Botazzini: El Plaza Hotel. Sin duda, un rico lugar en la memoria de hoy; aunque... durmiera en la casa de correo de Tucumán y Pío León).

Don Alfredo Naum tiene un recuerdo lleno de admiración sobre este lugar en particular. "El Plaza Hotel era toda una institución. En su época, realmente era un hermoso hotel, muy bien atendido", dice como suspirando. "En esa época llegaban turistas, en su mayoría, el 90 por ciento, que venían a veranear, a pasar todo el verano acá. Eran de Tucumán, especialmente. ¡Jesús María estaba invadida de tucumanos!".

Y agrega un dato a la reproducción de esa Jesús María elegida por los veraneantes. Al parecer, no todos los visitantes se hospedaban en los hoteles céntricos: "Había una pensión en la calle Córdoba, La Polinesa se llamaba, que también tenía muchos tucumanos".

Don Artico busca explicaciones al "fenómeno" del turismo y escudriña en la condición social de los visitantes valiéndose de lo que veía en su propia casa, cuando su padre era el agente de Expreso Villalonga, empresa de transporte que, entonces, era inglesa. "Todo venía por Villalonga, y uno tenía la oportunidad de apreciar qué gente era la que venía", comenta casi como al oído, como la confesión de quien atraviesa sus propios límites.

Y su explicación es muy razonable. "En aquel tiempo no había antibióticos. Había muchas enfermedades pulmonares y el tratamiento era climático. ¡No había otra fórmula! Córdoba era un clima privilegado para aquellos que padecían problemas pulmonares. Entonces, yo... yo lo calificaba así: los sin medios, los que no tenían recursos, eran destinados al Santa María, en Cosquín. Los clase media venían a Jesús María. De ahí la hotelería que tenía... ¡porque para la gente de acá no hacían falta esos hoteles! Y los pudientes, los muy pudientes, (iban) a Ascochinga".

Don Luis Biondi conserva un ejemplar de la revista Caras y Caretas aparecido el 4 de febrero de 1905, donde se publicó un artículo titulado "El Veraneo en Ascochinga".

Igual que en muchas revistas de actualidad, aparecen las fotos de los veraneantes. Ellos lucen rigurosos trajes claros y sombreros. Ellas tienen  largos vestidos blancos y amplias capelinas. Sólo los niños y los jóvenes muestran sus piernas. Los varones combinan sus sacos rectos o camisas de marinero con pantalones hasta abajo de la rodilla. Y del mismo largo llevan sus polleras tableadas las "mocitas".

¡Seis fotografías tiene la página! "Salida de misa en domingo", "En el patio del Hotel", "Una partida de truco", "En la gran piscina", "En el salón de baile", "Los veraneantes de Ascochinga", dicen los epígrafes.

El artículo es muy descriptivo, y reafirma los recuerdos y comentarios de nuestros memoriosos abuelos.

Dice: "Una de las estaciones veraniegas que más prestigio goza entre la gente distinguida es sin duda Ascochinga, delicioso retiro enclavado en las sierras de Córdoba, donde se disfruta a toda hora de una agradable temperatura y de un paisaje encantador aparte de los atractivos que ofrece la compañía de familias pertenecientes a la primera sociedad.

Los señores Carlos y Alejandro Argüello, han realizado una obra de verdadero mérito al instalar entre aquellas quebradas un hotel con todas las comodidades.

Los veraneantes de Ascohinga, no tienen ocasión de aburrirse, pues diariamente se organizan excursiones. A los alrededores, verdaderos sitios de recreo, a los que se llega atravesando ríos, quebradas y valles realmente deliciosos.

La Pampa, Santa Catalina, San Jorge y La Paz, son los paseos obligados, pero sobre todo el preferido por el elemento femenino por la grata impresión que goza atravesando el paisaje por aquellos perfumados bosques, es que el de la cascada, verdadera maravilla de la naturaleza cuya vista cautiva los sentidos, atrae los misteriosos secretos de la belleza. También se organizan cacerías a Los Mogotes que es un pico situado en la sierra a 1000 metros sobre el nivel del mar, y de las cuales toma parte el elemento fuerte. Las noches transcurren en agradables veladas y bailes pues como es grande el número de pasajeros no falta diversión a toda hora.

Las familias que veranean por allí son las de Quintana, Del Barco, Peña, Madero, González Garaó, Tedín, Alvear, Mon, Caciro, Beaszley, Mujica Farías, Martínez, Varela, De Marchi, y se espera la llegada del presidente de la república para el cual se ha preparado un suntuoso alojamiento y en honor del cual se organiza una digna recepción y un programa de variadas diversiones".

Años más tarde, se hizo un hotel para enfermos de los pulmones y tuberculosos, llamado Establecimientos Médicos Argentinos. Es el actual Hotel Golf, de la Fuerza Aérea Argentina.

En junio de 1925, el diario La Nación hacía referencia al problema de la presencia de enfermos en la zona serrana y señalaba que los veraneantes habituales de Ascochinga habían dirigido una nota al Gobernador de la Provincia reclamando del Gobierno "un atento y especial estudio del asunto, dado los intereses que afectaría esta iniciativa (las de la inminente construcción de un sanatorio para turberculosos) que puede ser una amenaza en una zona pintoresca, vastamente poblada y predilecta del turismo".

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