Sin infraestructura propia, Falucho apela a inversores privados para subsistir

Jesús María. La segunda cuadra de la calle Tucumán, históricamente identificada como tierra “faluchera”, ya no es lo que era. Definitivamente. 

Los colores rojo y azul de la fachada cedieron ante una estética donde mandan los negros y grises de punta a punta. Pero eso es solo en el aspecto estético, en lo formal.

El fondo también cambió. Donde era la cancha de básquet, hace años que funciona un bar-boliche y en el comienzo de la cuadra un emprendimiento gastronómico. Ambos espacios fueron alquilados en su momento por el club, como una vía para obtener recursos, aunque en el caso del bar las condiciones económicas no resultaron para nada favorables para la institución.

Ahora, todo el resto de las instalaciones también fue alquilado a terceros, para emprendimientos vinculados al deporte.

En lo que era la pista principal, donde alguna vez -allá por fines de los ´60- debutó como cantante nada menos que “La Mona” Jiménez, hoy va y viene el peloteo en tres relucientes canchas de padel. Una foto de época.

Y al mismo tiempo, en el salón principal, está a punto de abrir sus puertas un moderno gimnasio.

Ambos emprendimientos corren por cuenta de inversores privados que llegaron a un acuerdo con la comisión de la Asociación Atlética Falucho. 

De todo ese gran inmueble, ubicado en valiosa zona céntrica, bajo disponibilidad plena del club solo quedó una oficina que hace las veces de sede social.

La única salida.

¿Es todo esto una buena o una mala noticia para la comunidad faluchera, identificada a fuego con uno de los clubes con más arraigo popular en la ciudad? ¿Había otro camino posible?

Lo que define este momento es, más bien, su carácter inexorable. Más tarde o más temprano, el club iba a terminar de cerrar el círculo (¿vicioso?) de no tener infraestructura propia por falta de fondos y alquilar lo propio para -justamente- obtener algunos recursos.

El contexto histórico ayuda a entender la situación.

A fines de 2022, el empresario local Mario Viel asumía como presidente del club, para intentar una suerte de rescate de una situación casi terminal. Una institución prácticamente vaciada, que apenas si sobrevivía. 

Viel representaba sangre nueva y espalda económica para al menos reordenar la institución. Y así lo hizo.

En diálogo con El Despertador admite que la situación del club era muy complicada. “Pusimos un Contador, ordenamos la administración, los Balances. No había grandes deudas, pero tampoco recursos. Generamos un equipo de trabajo, con gente joven que se involucró en la conducción del club”, recuerda.

Esa llegada vigorizó un poco el fútbol, que es la única disciplina que se practica en el club y que se financia con venta de entradas y aportes varios. Hubo mejoras en el estadio, en cuanto a campo de juego, baños, tribunas.

Pero los límites institucionales para crecer son muchos y el propio Viel los blanquea.

“No tenemos socios porque no tenemos nada para ofrecerles”, admite.

Falucho contiene, a través de la práctica del fútbol, a unos 180 niños y jóvenes. Sólo un 20 por ciento de ellos paga cuota social. 

Y otra vez aparece el mismo ida y vuelta que condiciona: no hay socios ni ingreso que permitan crecer; y sin recursos no habrá infraestructura que atraiga adherentes. Es un callejón de difícil salida, frente al cual los negocios inmobiliarios, vía alquileres, son un paliativo para subsistir.

“Institucionalmente, no tenemos cómo competir con Alianza”, grafica Mario Viel, en referencia al otro gran club de la ciudad, forjado en los ´90 con la unión de Talleres, Ferro Postal, Sociedad Italiana, Frontón Club y Aeroclub Jesús María.

Es que ambos tuvieron puntos de partida muy diferentes. Alianza resultó beneficiada con la infraestructura que le facilitó la Municipalidad para dar sus primeros pasos.

Falucho ni siquiera cancha propia tiene, según aporta Viel, en un dato poco conocido: el predio donde está su estadio es propiedad del municipio, que se lo prestó para destinar de manera excluyente a la práctica deportiva. 

“Si durante un año no participamos en las competencias de la Liga Colón, podrían pedirnos la devolución del predio. Por suerte nunca llegamos a ese extremo”, afirma el presidente.

La actual comisión de Falucho potenció los ingresos por alquileres, aunque a costa de no disponer casi de espacios propios. Es el modelo que permite al menos seguir para adelante.

Mario Viel tiene mandato hasta octubre de 2025, pero anticipa que es no seguro que vaya a continuar. “Siempre seguiré ligado al club, pero no sé si como presidente”, dice.

Es la realidad de un club que late en los corazones de muchos jesusmarienses. Tanto late, que pese a los avatares institucionales se reafirma en un sentido de pertenencia innegociable.

- Mario, sos de familia faluchera. Tu papá también condujo el club. Visto en perspectiva ¿considerás que fue un error no haberse sumado a la Alianza en su momento?

- Para nada. Fue una buena decisión. Falucho tiene identidad propia.

28-08-2024