La increíble epopeya del hockey local

Desde que arrancó la actividad, en 2005, tuvo un crecimiento exponencial. Hoy suma 160 jugadoras, éxitos deportivos e inaugurará en Club Alianza la primera cancha de césped sintético del Norte cordobés, valuada en 250 millones de pesos. Una historia de esfuerzo, coronado por un puñado de padres.

Deporte31 de julio de 2024 Rubén Curto
Cancha de hockey Alianza

A las grandes obras de las instituciones

las sueñan los santos locos

las ejecutan los luchadores natos

las disfrutan los felices cuerdos

y las critican los inútiles crónicos

 Jesús María. Durante muchos años, un cuadrito con ese proverbio adornaba una de las paredes del Círculo de Ajedrez de Jesús María, cuando tenía sede en la Biblioteca Popular Sarmiento. Era casi una declaración de principios, en una institución que promovía “a pulmón” el juego-ciencia, que por cierto no tenía adhesión masiva.

El recuerdo viene a cuento de la epopeya que ha generado el hockey en Jesús María en los últimos años y que atraviesa ahora su punto caramelo de popularidad y fortaleza.

Más de 160 jugadoras/es; competencia a nivel provincial, incluso a nivel de deportes federados; títulos en distintas categorías y niveles; y ahora la frutilla del postre: el próximo viernes, 9 de agosto, a las 19 inaugurará nada menos que su flamante cancha de césped sintético, la primera de todo el Norte cordobés, en el predio del Club Alianza.

Aún exprimiendo la memoria, no hay registro de otros antecedentes similares de tamaña inversión local en infraestructura deportiva, y menos motorizada por un grupo de padres. En este caso, nobleza obliga, resuenan dos nombres propios ineludibles: Patricia “Pato” Fernández en lo deportivo y Luis Seculini en la gestión de los recursos para construir la cancha. 

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A la fecha, esa infraestructura demanda una inversión que orilla los 250 millones de pesos. Y todo en base a precios dolarizados, en un país financieramente inestable. La cancha se inició con un dólar a 300 pesos y hoy está a 1400.

Por eso, el viernes 9 será un día de festejos, con corte de cintas oficial y un partido a tono con la ocasión. Y luego, el domingo 18, sería el estreno oficial de la cancha, ya por los puntos.

Se cerrará así una etapa de incertidumbre y mucho esfuerzo, para abrir paso a otra de consolidación institucional. Es que el hockey local hizo todo su camino a contramano de lo que marca la lógica: surgió casi de la nada misma, creció, se proyectó a nivel provincial, compitió, ganó, sumó jugadoras, todo eso sin tener la fortaleza institucional de un club detrás. 

En ese sinuoso camino, cambió de cancha, de colores, sufrió todas las penurias por no tener infraestructura, y hasta compitió en desventaja siempre por tener que hacer de local en canchas visitantes alquiladas.

Ahora, con cimientos propios y formalmente dentro del club Alianza, la disciplina se proyecta a toda la región. Se descuenta que la cancha será un imán para nuevas jugadoras y un eje convocante para la disputa de la Liga del Norte de Hockey, que también viene creciendo en silencio.

Hockey Alianza 

Desde las cenizas

La práctica de hockey empezó a escribir su historia en Jesús María en 2005, como una actividad deportiva-recreativa más en el ámbito de la Asociación Educativa Pío León y con las alumnas de esa institución como protagonistas, bajo la coordinación de la Prof. Soledad de La Vega. 

Las primeras participaciones fueron en la liga escolar organizada por el colegio La Salle, de la ciudad de Córdoba. Un primer título, obtenido en 2012, dio el plafón para saltar a la Federación Amateur de Hockey, donde obtuvieron un campeonato en línea C Menores. 2014 ya las encontró a la actividad un peldaño más arriba: en línea Damas B2.

En 2015 vino el despegue del Pío León y el impulso para hacer una cancha de arena propia en Malabrigo, en predio prestado por la Sociedad Rural de Jesús María.

Fue una etapa muy atípica. Había 260 jugadoras, pero casi sin estructura. El equipo entrenaba en arena y jugaba cada fin de semana en piso de sintético. Igual, ese piso de compactado, los baños y los vestuarios se hicieron con mucho esfuerzo… siempre en un lote prestado. 

Las mismas carencias: no había como soporte un club que ayudara y los costos eran una mochila muy pesada. En ese reglón hay que contabilizar, por ejemplo, cuotas de Federación, alquiler de canchas, transporte y tercer tiempo (refrigerio pos-partido para más de 200 jugadoras)

Pero en lo deportivo, el crecimiento no se detuvo. “En 2016 las chicas fueron Campeonas en categoría Sub 16 (Sexta) y al año siguiente, Subcampeonas en Sub 19 (Quinta). En 2018, ya en Línea C, alcanzamos el título con el plantel superior, en categoría Intermedia”, recuerda “Pato” Fernández, testigo y protagonista central de todo el proceso.

En 2022 se dio la vinculación con Baguales Rugby, que permitió sumar jugadores varones, para tirar de a dos hacia adelante un mismo carro. Ese año todas las categorías de hockey llegaron a instancias de semifinales y hubo un salto de calidad con la incorporación como entrenadora de Constanza Aguirre, ex Leona y ex jugadora del seleccionado italiano.

Pero la infraestructura imponía límites. Era inviable imaginar una cancha de sintético en la Rural, ya que no se trata de una institución deportiva y nada garantizaba que algún no fuera a pedir la restitución de los terrenos.

Ahí asomó Alianza como el único socio posible para seguir. Y en 2023 el hockey local dio ese paso: se sumó al club, donde ya tuvo otro tipo de contención para sus proyectos.

Mientras comenzaban los primeros movimientos de tierra para hacer la nueva cancha, en el juego las chicas respondían con creces, con un ascenso a categoría Damas B3, un título en la categoría Sub 16, y un subcampeonato en Sub 19.

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Sueño de locos

¿Cómo llegaron hasta acá, para tener la cancha? Ante la pregunta obvia, Luis Seculini se encoge de hombros y sabe que no tiene una respuesta contundente, que incluya las miles de gestiones realizadas. “Mangueos” varios a comercios y empresas, prestamos de amigos -con y sin devolución-, aportes desinteresados, canjes publicitarios, rifas y sorteos, peñas. Horas, horas, y más horas de dedicación. Hubo de todo en ese menú.

“Fue una lucha de dos años y medio. Lo importante es que no le generamos deuda al club. La cancha está terminada, por suerte. Nos quedan compromisos económicos, obviamente, pero son manejables”, señala Seculini, que se cargó al hombro esta impresionante movida, a partir de sus contactos en el mundillo empresario local.

En lo económico, el aporte más significativo de Alianza será la asignación al hockey del producido con la venta de uno de los 16 lotes que venderá en la zona del Aeroclub. Servirá para saldar algunas cuentas.

“Como padre, quiero que mis hijas crezcan contenidas en el eje familia-escuela-club. Sé que esos son los mejores lugares donde pueden estar. Por eso me involucré en todo esto. Siempre digo que los de mi generación, nos podemos considerar los primeros usuarios del club Alianza. Nuestros antecesores eran de Talleres, Ferro, Sociedad Italiana, las instituciones que luego se unieron. Ahora, mis hijas ya tienen sentido de pertenencia al club. Eso nos genera respaldo institucional, identidad, compromiso”, explica Seculini.

Esa mención a la sinergia institucional tiene ejemplos concretos: la tribuna del hockey se hizo reciclando material que era del fútbol; a la arena que va sobre el sintético, la gestionó un papá de la subcomisión de vóley. 

“Antes estábamos solos. Ahora somos parte de un club que nos contiene y nos permite gestionar con otra fuerza”, cierra Seculini, uno de los gestores de este gran mojón en la historia del deporte local.

En días de efervescencia deportiva por la disputa de las Olimpíadas en París y con un debate público abierto sobre el rol de los clubes como asociaciones sin fines de lucro, este paso adelante no es poca cosa.

31-07-2024

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