Los cultivos sufren la falta de agua y las altas temperaturas.

La soja y el maíz presentan daños irreversibles. Las estimaciones de hectáreas sembradas y rendimientos son mucho más bajas que las previstas antes de este escenario.

Economía - Agro 20 de enero de 2022

Toda la zona. Los efectos de la situación adversa generada por las condiciones climáticas se ven reflejados en nuestra región con lotes de maíz y soja que se perderán, sumado a las consecuencias sobre los animales y la población.  

La crisis hídrica no se refleja solamente en la capacidad de desarrollo de los cultivos de verano, como la soja y el maíz -quizá hasta los porotos-, sino también en los ya sembrados, con pérdidas elocuentes.

Los daños son irreversibles por la falta de agua y las altas temperaturas.  

Muchos productores esperan más lluvias para volver a implantar lotes de soja y maíz que no prosperaron.

Hasta ahora, todo lo que pasó fue atípico para los agricultores porque en el año 2021 no se superaron los 551 mm de lluvia, marca que está muy por debajo del promedio histórico de nuestra región.

La situación es similar en las provincias de Santa Fe, Buenos Aires y Entre Ríos, lo que pone en duda si podrán sembrarse las 300 mil hectáreas que están pendientes de una siembra total de 16,2 millones de hectáreas.

Si bien hay expectativas por los pronósticos que señalan más lluvias, las siembras estarán sujetas a la cantidad de milímetros, ya que por el grado de desecamiento alcanzado son pocos los lotes que aún tienen posibilidades.

La condición de la soja en nuestro país va de buena a mala, como se observa en muchas zonas del centro este de Buenos Aires, Sur y Centro de Santa Fe, Entre Ríos y Centro y Norte cordobés. El estrés hídrico de diciembre ha frenado el crecimiento, produciendo aborto de flores, quemado de hojas, muerte de plántulas en las áreas más afectadas y comienza a haber abandono de cuadros.

Es alta la preocupación por lo que puede pasar en las próximas semanas. De darse un importante cambio pluvial durante los próximos dos meses sería posible alcanzar mejores productividades y revertir el sombrío panorama que hoy envuelve al ciclo 2021/22.

En estas condiciones, los rindes se verán resentidos y, si bien es prematuro efectuar una estimación, se descartan los escenarios de alta productividad que hasta hace poco hacían posible pensar en una campaña de 48 millones de toneladas.

Las condiciones de desecamiento y estrés termo hídrico han sido tan graves en los últimos 30 días que se descarta también la posibilidad de un escenario de normalidad y rindes promedios, lo que arrojaría un horizonte productivo de 45 millones de toneladas y se trabaja ahora con una proyección de 40 millones.

Sea que no se concreten las siembras pendientes o que aumente la cantidad de hectáreas que no valga la pena trillar, estaríamos ante una posible área de cosecha de 15,4 a 15,6 millones de hectáreas y un rinde nacional más cercano a los 26 qq/ha que a los casi 29 quintales de promedio de los últimos cinco años de producción de soja en Argentina.

20-01-2022 

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