"Conservamos ecosistemas proveedores de agua".

La Mesa de Agua y Ambiente (MAyA) de La Granja hizo este aporte al proyecto local de INTA "Prospectiva hídrica con enfoque territorial en el marco de la gestión integrada de la cuenca de los ríos Jesús Maria y Pinto".

Sociedad 13 de diciembre de 2021

La Granja. Desde hace una década, la Mesa de Agua y Ambiente de La Granja (MAyA) ha mantenido acciones en defensa de nuestro entorno natural.  Con argumentos que, lejos de provenir de un sueño romántico de vivir en un paraíso lejos de la ciudad, están basados en una ecuación obvia: la necesidad de un equilibrio entre el desarrollo humano y la naturaleza que sostiene nuestra vida sobre el planeta.

En este sentido, entendemos por desarrollo no solo al crecimiento económico, sino también a todas aquellas acciones y criterios que en el orden social, político, cultural y ambiental se planteen en un marco de sustentabilidad, que garanticen la equidad entre actores actuales y generaciones futuras.

 Cuando una feroz sequía invernal nos convocó en 2011, reconocimos en seguida la importancia de proteger la cuenca y su cobertura vegetal para defender las fuentes del agua tan necesitada en ese momento -igual que ahora- en esta zona semi árida.  Consideramos que la cuenca es tanto un sistema hídrico natural, como un corredor socio ambiental. Y que de su buen funcionamiento dependen la salud y el desarrollo de sus comunidades. El Corredor Sierras Chicas es el brazo que sostiene las cuencas que corren hacia el este. Es la fuente natural del agua que alimenta las llanuras, por lo que la conservación de su funcionamiento ha sido desde el inicio de la MAyA una prioridad. 

Con el tiempo, se fueron expandiendo las áreas protegidas en las zonas altas de las cuencas. Se declaró oficialmente el Corredor Sierras Chicas como una cadena de reservas naturales nacionales, provinciales y municipales que van desde la Ciudad de Córdoba hasta Colonia Caroya y Jesús María, pasando por la Reserva Natural de la Defensa en Ascochinga declarada en 2014. Mientras esos impulsos por proteger el monte se iban concretando, en las llanuras se perpetraba un ecocidio con un modelo de producción que prometía nada más que pan para hoy y hambre para mañana. La frontera de estas tierras convertidas, devastadas no fue en línea recta, sino con forma de mano, cuyos dedos se deslizan por las cuencas hacia arriba.  Y allí arriba se tocan con una expansión inmobiliaria sin control, lo que configura una combinación letal para el ecosistema.

En el primer taller, el representante del Ministerio de Agricultura y Ganadería habló de la necesidad de un urgente cambio de modelo, y en las mesas hemos expresado nuestras preocupaciones por los daños antrópicos y el desastre climático inminente. En el segundo taller, los expertos de INTA nos pintaron un futuro negro.

Consideramos que los problemas productivos que enfrenta la comunidad agropecuaria no surgen del funcionamiento de la cuenca que prolijamente ha dado su figura para enmarcar el debate de estos tres talleres.  Surgen de un manejo del suelo que a través de un modelo puntual asola la naturaleza reiteradamente.

Durante los talleres también se habló de una gestión integrada de la cuenca a través de los consorcios.  Desde la MAyA consideramos que el manejo de la cuenca debe ser integral y no sólo desde solo la institucionalidad o de un sector. Valoramos estos talleres como el puntapié para dar inicio a una participación más abierta y representativa con presencia de actores de las zonas alta, media y baja. Perseguimos que se arribe a soluciones integrales más allá de respuestas a problemas puntuales. Hemos observado cómo la cuenca hace su propia gestión asistida por la conservación de lo que permite su funcionamiento correcto. Para que eso pase, pretendemos arribar a consensos a lo largo de la cuenca entre todos que se interesan por su salud.   

Durante los años hemos observado que hablar de un proceso participativo es una pintura de labios que se lava en los hechos. Significativamente acá la representación “diversa” de la cuenca media alta es escasa.  

Desde la Mesa de Agua y Ambiente La Granja, seguiremos luchando para la protección de las cuencas y del bosque nativo en las laderas de las sierras.   Remarcamos la importancia de:

- Declarar reserva hídrica a la cuenca alta para preservar la fuente de agua. 

- Controlar la expansión inmobiliaria en las zonas rojas.  

- Concretar los ordenamientos territoriales participativos y hacerlos respetar. Ordenamientos que respeten las áreas rojas en lugar de disminuirlas dando cumplimiento a las leyes ambientales de la nación.

- Trabajar en una verdadera y diversa participación en la gestión integrada de la cuenca. 

- Apoyar a las fuerzas locales que controlan los incendios (bomberos y brigadistas forestales). 

13-12-2021

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