Dolor en al comunidad por el fallecimiento del Dr. Alberto Müller.

Recordamos la entrevista que este diario le realizó en septiembre de 2014, cuando cumplió 80 años. El reconocido médico estuvo en los consultorios hasta hace un mes.

SOCIEDAD12 de agosto de 2018Ariel RoggioAriel Roggio
muller
Foto archivo de septiembre de 2014. Diario El Despertador.

Colonia Caroya. A la edad de 83 años, falleció este sábado el Dr. Alberto Müller, uno de los médicos más reconocidos por la comunidad regional.

Sus restos serán trasladados a las 15:30 al Crematorio Parque Los Álamos de Colonia Tirolesa.

Nació en Entre Ríos el 10 de septiembre de 1934 y, siendo muy joven, se trasladó a Córdoba para estudiar Medicina en la Universidad Nacional de Córdoba.

En nuestra zona arribó en el año 1961, cuando pudo ingresar como practicante mayor en el Hospital Vicente Agüero, con 27 años.

Apenas tres años después, estaba fundando la Clínica Jesús María con el Dr. Aníbal Viale.

Hace tres años, cuando Müller cumplió 80, Diario El Despertador lo entrevistó. Ese día, lo festejó atendiendo.

“Me gusta mucho la medicina. Estudié y a través del desarrollo de la misma me di cuenta que podía serle útil a la sociedad. Hice de todo: cirugía, clínica, obstetricia y hasta rayos X. Ahora viene la gente joven ya especializada en algo, que antes no se hacía, como la cardiología o traumatología”, dijo.

Hasta junio, Alberto permaneció activo en una de las ramas de la ciencia que más evolución tiene.

“Antes todo se hacía de corazón y con mucha responsabilidad. La Terapia Intensiva era estar al lado de la cama del paciente hasta que Dios decía basta o salía caminando. Nos quedábamos ahí, sin dormir, controlando el suero o la respiración, sentaditos en una sala común porque no había la tecnología de hoy. En la actualidad, el médico tiene el gran aporte de los elementos complementarios”, comparaba el Doctor.

Alberto Müller fue el médico de mayor edad en ejercer la profesión y la gente se lo reconoce.

Es uno de los últimos de la camada de los médicos que han marcado la historia de la salud en la región como el mismo Dr. Viale, el Dr. Fascioli, el Dr. Hansen, el Dr. Pécora, el Dr. Oliva, el Dr. Ochiuzzi o el Dr. Aranda.

“Siempre existía esa gratitud, no se pensaba en mala praxis. En aquella época, cuando alguien fallecía, llorábamos junto a los familiares en los pasillos de las clínicas. Hoy las cosas han cambiado con respecto a la responsabilidad del médico porque tenemos una espada de Damocles que es la mala praxis de la que te pueden acusar si algo sale más.  Hoy no existe esa amistad directa. Yo recuerdo que llegaba fin de año y no te alcanzaba el auto para llevar las cosas de tantos regalos que uno recibía en forma de gratitud de todos los amigos a los que atendía”, reflexionaba en aquel 2014 cuando era entrevistado.

¿Por qué nunca dejó de ejercer la profesión?

- Primero porque me gusta y lo hago porque la gente me busca. Tiene confianza en mí y yo tengo que brindarle el servicio ante esa confianza y hay que seguir estudiando, actualizándose y aprendiendo de la gente joven. Yo tengo mis problemas, mis patologías. Seguiré mientras la gente me busque. El día que no tenga pacientes, me tendré que ir. O hasta cuando Dios diga basta. Tengo media jubilación para poder seguir trabajando. Sería un estrés muy grande para mí si dejo el consultorio. Sería un sufrimiento muy grande. Si me quitan la matricula es como si se muriera alguien al lado mío.

12-08-2018

Último momento
Te puede interesar