Jesús María, la más cara para los vecinos en la región

Se despegó de Colonia Caroya y Sinsacate y cobra tasas mucho más altas: 160 por ciento el inmobiliario y 200 por ciento el agua. Son valores entre 40 y 80 puntos por encima de la inflación. El impuestazo pega sobre bolsillos exhaustos, que ya en 2024 pusieron en rojo el nivel de morosidad.

Economía27 de febrero de 2025 Rubén Curto
Federico Zárate 2

Jesús María. Las simetrías económicas entre las municipalidades de esta ciudad y Colonia Caroya se mantuvieron durante más de una década, pero en el arranque de 2025, el intendente de la primera de ellas, Federico Zárate, decidió romper la tradición y hacer su propio camino.

Hasta ahora, era una práctica recurrente que los intendentes de ambas ciudades, y también de Sinsacate, se pusieran de acuerdo para aumentar las tasas en proporción, de modo tal que se mantuviera cierto equilibrio en las cuentas y en todo caso pagar costos políticos similares ante los vecinos por esas decisiones. Ya no es así.

La paridad solo se mantuvo en otro criterio. Jesús María en 2023 eliminó 59 tasas y Colonia Caroya se sumó ahora dando de baja a 12 gravámenes; el más relevante en lo económico es el aplicable para la conexión al sistema de cloacas, que tiene un costo de en 160 mil pesos.

En tasas específicamente, la intendenta Paola Nanini aprobó en Colonia Caroya un presupuesto con subas del 130 por ciento, con la aclaración de que en su caso no rige para agua potable porque al servicio lo presta la Cooperativa de Servicios Públicos.

En Jesús María, Zárate pateó el tablero: subió 160 por ciento tasa a la propiedad y 200 por ciento el servicio de agua potable. 

Esos son los valores nominales de arranque, para el primer bimestre del año. Los restantes cinco vencimientos tendrán, además, una increíble actualización extra por inflación. Por esa vía las facturas sumarán casi otro 40 por ciento, para redondear cifras absurdas.

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Aflojale a la remarcadora

La medida es doblemente llamativa. En primer lugar, hay una evidente desaceleración del proceso inflacionario del país, con una medición mensual promedio del 2 al 3 por ciento. 

Hay que tener en cuenta que la confección de los actuales presupuestos no estuvo condicionada por un escenario explosivo, como el de diciembre de 2023, cuando Javier Milei devaluó y la inflación se disparó ese mes al 25 por ciento. En aquel momento, no había manera de proyectar aumentos racionales. Ahora sí.

Las previsiones de Zárate colocan la presión impositiva de Jesús María hacia los vecinos entre 40 y 80 puntos por encima de la inflación medida por el Indec, que a lo largo de 2024, fue el 118 por ciento.  En esa comparación, el 130 por ciento de Colonia Caroya luce mucho más sensato y a tono con las variables reales de la economía.

El otro aspecto que llama la atención en el caso de Jesús María es que aprieta la cincha con las tasas cuando, discursivamente, su intendente se pliega a la prédica libertaria y la cantinela de que “hay que bajar o directamente eliminar impuestos”, aún cuando se desfinancie al Estado.

Y, justamente, Jesús María viene de probar el amargo sabor de esa receta: 2024 fue un año de fuerte recesión económica. Hubo menos actividad, menos producción y menos recaudación. Como pocas veces antes, a la Municipalidad se le cayó la recaudación propia: los vecinos, agobiados por el costo de vida y los salarios en baja, empezaron a acumular boletas de Tasa a la Propiedad y Agua Potable con un imán en la puerta de la heladera. Pagaron muchos menos.

¡No haaaaaaay plataaaaaa!

En agosto pasado, desde estas mismas páginas dimensionamos el agujero fiscal resultante. Sólo en los primeros siete meses del año, el municipio resignó casi 450 millones de pesos por morosidad https://surl.li/sivxbi. No hicimos ahora la cuenta de cómo cerró el año, pero hay muestras gratis del impacto que eso generó en la ciudad.

La plata que no ingresó a la Caja municipal es la que falta, proporcionalmente, en obras públicas. 

La ejecución presupuestaria ofrece las respuestas. El plan de obras públicas de 2024 preveía invertir 1.753 millones de pesos. Se ejecutaron 1.387 millones. Los 367 millones que faltaron se parecen bastante a los 450 millones que los vecinos no pagaron.

La ecuación económica de Jesús María no parece ser la mejor: impuestos caros, que generan morosidad y obligan a recortar obras y servicios, mientras otras erogaciones se mantienen en la estratósfera. ¿Un ejemplo? Para la red de agua potable se presupuestaron 240 millones de pesos pero, efectivamente, se invirtieron 198 millones.

Nota: durante las 10 noches del Festival Nacional de Doma y Folklore, la mitad de la ciudad que está el Este de la Ruta 9 estuvo sin agua, con temperaturas de 38°C a 41°C. 

Recién entonces, el intendente convocó a sesión extraordinaria del Concejo Deliberante para licitar la obra de nueva captación de agua en B° La Florida. Esa inversión se cubrirá con 700 millones de pesos que ya en octubre pasado -mucho antes de las canillas secas de enero- comprometió el Gobierno provincial.

La ciudad parece estar entrando en una inercia peligrosa: aumenta la presión fiscal, recauda menos, recorta obras y gasta mal (a la hora de asignar prioridades). 

27-02-2025

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