La solidaridad silenciosa.

Muchas personas encaran, desde su lugar, acciones sociales anónimas. Este es el aporte de Cintia Durán.

29 de abril de 2020
Cintia Durán

Colonia Caroya. El aislamiento social, preventivo y obligatorio puede encararse de manera tal que sea tedioso o una oportunidad de crecimiento personal y ocio creativo. Tampoco impide que el compromiso social se manifieste. Muy por el contrario, hay más casos de contagiados de solidaridad que de COVID-19: los jóvenes que hacen máscaras para regalar, las Iglesias que les dan de comer a cientos de personas todos los sábados, las mujeres que hacen indumentaria sanitaria.

Una de ellas es Cintia Durán. Vive en esta ciudad, tiene 34 años, está casada y tiene dos hijos.

Cintia estudió en el Instituto Superior de Diseño de Indumentaria de Roberto Piazza y se especializó en bordado con pedrería con el diseñador Claudio Barzábal.

Por la pandemia, no puede hacer vestidos ni bordados, pero dedica todo su tiempo libre a una tarea comunitaria: lleva hechos más de 200 barbijos, que dona a quienes los necesitan.

29-04-2020

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