La realidad del basural caroyense y el pedido de diferenciación.

Colonia Caroya. La visita al basural municipal realizada durante esta semana por las autoridades, concejales y medios de prensa dejó varios puntos de análisis.

Lo que la Municipalidad quiso mostrar, en primer lugar, es el proceso de remediación del predio donde se depositan los residuos verdes, en Calle 30 y 152.

El lugar, que hace un mes se incendió y motivó pedidos de informes por parte de los concejales opositores, se rellenado con tierra para forestarlo y cerrarlo definitivamente en el mediano plazo.

Fosa y cirujas.
En el predio al cual llegan los residuos sólidos urbanos se presentan diferentes realidades, según el día.

Los miércoles, jornada en la que solamente se recolectan las bolsas transparentes con los residuos secos, descargan la basura en el lugar donde trabajan Héctor Bonetto y sus empleados. Ellos enfardan el cartón y el plástico, que luego venden en la ciudad de Córdoba.

Mientras reciclan lo que pueden, cavaron una inmensa fosa para el enterramiento de la basura que se está acumulando por la recolección de los días “húmedos”, que son todos, menos los miércoles.

La idea es que permita extender el uso del basural a los próximos seis años, si se mantiene el volumen de 20 toneladas diarias levantadas de los cestos de los caroyenses.

Un grupo de personas que no depende de la Municipalidad ni de Bonetto se apropió de la basura que depositan los camiones en cinco días de la semana.

Con pocas precauciones de seguridad personal, abren cada bolsa y revisan si pueden encontrar vidrio, cartón y plástico, que van separando y acumulando en grandes bolsas que, posteriormente, le venden al mismo HectorBonetto.

Los cirujas, aún en esas condiciones, van reduciendo el volumen a enterrar, ayudan a reciclar lo que la comunidad no separa en el hogar y logran ganar una buena cantidad de dinero.

El proyecto regional.
Al mismo tiempo, un grupo de municipios de la zona trabaja para tener un predio de disposición final de residuos a nivel regional.

Uno de ellos es Colonia Caroya, que en 2008, por Carta Orgánica Municipal, prohibió tener vertederos de uso regional en su ejido y que ahora busca esa solución en el territorio de otra población.

El Gobierno de la Provincia de Córdoba ayudaría económicamente, aportando el dinero necesario para adquirir el terreno. Por su parte, los intendentes socios del proyecto deberán encargarse de financiar el resto de los trabajos.

En principio, Jesús María adheriría y otras localidades vecinas están analizando sumarse al proyecto.

La intención es que solamente sea un vertedero de municipios del Departamento Colón. Si así fuera, Sinsacate no podría participar de esta regionalización de la disposición final de los residuos urbanos.

11-12-2019