Pan de Barrio: 74 familias reciben ayuda y ayudan a sus vecinos

Reciben harina de la Municipalidad para hacer pan, fideos y pre pizzas. Una parte la donan a los  merenderos barriales y al resto lo comercializan.

Economía 27 de mayo de 2022
Pan de barrio

Jesús María. Pan de Barrio es un programa que lanzó la Municipalidad en plena pandemia. “Nosotros hablábamos en ese momento de solidaridad circular”, recuerda el secretario de Gobierno, Federico Zárate.

Actualmente, involucra a 74 familias de diferentes sectores de la ciudad, quienes reciben de la Municipalidad entre 10 y 20 kilos de harina por mes, de acuerdo a la composición familiar.

Con esa materia prima producen panes de distintos tipos -incluidos rellenos-, fideos, pastelería y pre pizzas.

Todos recibieron capacitaciones de la Agencia de Desarrollo Económico para que aprovechen mejor los ingredientes y sus saberes. Además, realizaron el curso de manipulación de alimentos.

La Municipalidad los controla para que se cumplan los objetivos de esta política social y se respeten las medidas bromatológicas vigentes.

Con la ganancia de su trabajo, algunos ya incorporaron máquinas que les permitan aumentar la producción.

El 10 por ciento de lo que producen se destina a comedores comunitarios. Por eso se habla solidaridad circular. En 2021, aportaron cerca de 2.600 Kg a estos lugares. El gobierno local controla que esto se cumpla, pero cada beneficiario se hace cargo de un merendero. La idea es que en el barrio entiendan que no es el Estado quien les regala el pan, sino sus propios vecinos. Esto genera una vinculación importante en cada zona donde está en marcha el programa, como primer paso para generar redes.

 

Microemprendedores.

El 90 por ciento restante de lo elaborado es para autoconsumo de las familias y venta. Muchos ya tienen sus clientes fijos.

Las 74 familias incluidas en el plan están a cargo de mujeres sin salida laboral, que eran víctimas de violencia de género, que son cabeza de familia y aportan los únicos ingresos con que cuenta su hogar.

Inclusive, hay casos en que los maridos, que estaban desempleados, comenzaron a colaborar. Por ejemplo, se ocupaban del reparto.

El programa fue sumando, paulatinamente, más y más beneficiarios. Comenzó con pocas familias, en 2019; en 2020 llegaron a 45 y en 2021 alcanzaron el actual número de grupos cubiertos.

“Algunos ya empiezan a independizarse; hay varios a los que les estamos buscando hornos; y hay quienes se bajan porque alcanzaron cierta independencia y pueden comprar tanto el harina como el resto de los ingredientes”, amplía Federico Zárate.

Por ahora, no están cooperativizados y en la Municipalidad detectaron que les cuesta aceptar el asociativismo porque todavía se ven como competencia entre ellos. Los funcionarios que están en más en contacto con los beneficiarios están haciendo un trabajo de concientización para tratar de revertir esta situación.

Las familias incluidas en el programa están en los barrios Sierras y Parque, Güemes, Florida Norte, Latinoamérica y La Costanera.

Uno de los objetivos logrados es la autopromoción. “Una de las beneficiarias era un punto rojo en materia habitacional –muy vulnerable- porque no tenía baño; con el programa de mejoramiento habitacional pensábamos llegar a ella, pero se hizo sola el baño; y el ramal de conexión a las cloacas, que era bastante largo”, comenta el Secretario de Gobierno.

“La Municipalidad les subsidia para que trabajen; es más potente que llevarles ese dinero sin un proyecto”, concluyó Federico Zárate.

27-05-2022

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