INTA hace ensayos para reducir aplicaciones de agroquímicos.

En una chacra de Colonia Vicente Agüero, junto a un grupo de productores, evalúa los beneficios de la moha como cultivo de servicio.

Economía - Agro 19 de marzo de 2022 Ariel Roggio Ariel Roggio

Colonia Vicente Agüero. El INTA Jesús María estudia un manejo inédito para reducir la carga de agroquímicos en la soja, usando la moha como cultivo de servicio.

La investigación empezó hace tres años en una chacra de Colonia Vicente Agüero y esta semana se inició el proceso del cuarto período de análisis.

La agencia local del Instituto, junto a productores y el Consejo Asesor, sostienen una planificación de investigaciones para responder a la problemática de la producción agrícola en zonas periurbanas.

Los Ing. Agr. Raúl Candela y Diego Corde llevan adelante el proyecto, sin antecedentes con el cultivo de la soja, aunque se aplica al de maíz, usando otros cultivos de servicio.

“Buscamos bajar la carga de fitosanitarios para el control de malezas, pero hay que buscar herramientas y como no hay registros de moha como cultivo de ser- vicio de la soja, tuvimos que empezar de cero”, explicó.

La moha es una gramínea de  verano que crece con poca agua y está adaptada para la región. Se usa como forrajera para animales, pero ahora se le da este uso de “control” de malezas, en especial de las que van demostrando alta resistencia a los químicos.

“Esta es la época en la que voleamos las semillas aprovechando las últimas lluvias de la temporada, que la soja no necesita porque está terminando su ciclo; entonces se cosecha la soja en abril y mayo; la moha viene creciendo abajo y le gana a las malezas de otoño-invierno; así evitamos las aplicaciones de herbicidas de esa época del año”, detalló Candela.

En los tres años de ensayos, también analizan costos, aunque en un período corto de tiempo no se llegan a dimensionar los beneficios ambientales en proporción a las variables económicas.

Pese a que aún no hay conclusiones definitivas -estarán a mediados del año 2024, luego de cinco años completos de estudios- Candela está conforme con algunos datos recabados al ver el comportamiento de la moha.

“El beneficio no es sólo controlar malezas post-cosecha de la soja, sino que también se evita una aplicación de herbicida para secar el cultivo de servicio; y tampoco es necesario pasar un rolo, ya que la moha se seca sola con las heladas del invierno; entonces, controlás malezas y luego el frío le corta el ciclo; otro beneficio es que se hace atrás de soja para dejar materia orgánica en el suelo”, agregó.

Generalmente, el cultivo de la soja puede llegar a tener cinco aplicaciones, entre herbicidas y plaguicidas. Con la moha, se evitaría una. 

 

Sustentabilidad  y rentabilidad.

Raúl Candela también fue consultado sobre la posibilidad de sembrar otro tipo de cultivo que sea rentable en las zonas periurbanas, ya que el conflicto por el uso de fitosanitarios entre los habitantes de zonas pobladas con los propietarios de campos es cada vez mayor.

Sobre el tema fue contundente: “No hay otro cultivo rentable para el productor. Si bien esta experiencia se puede aplicar en cualquier lugar del país, lo de Colonia Caroya es significativo porque vemos que se sacan viñedos y otros frutales porque ya no son rentables. La soja es demandada a nivel mundial y nosotros somos un país agro-exportador. Te guste o no, seas ecologista o no, la soja se va a seguir produciendo. ¿Hay alternativas para bajar la carga de agroquímicos? Eso es lo que estamos probando”.

19-03-2022

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